Es que a
veces no me entiendo, siguiendo esos parajes en que no se que quiero y que no
quiero esperando esa nube viajera resignada a lloverme encima, resbalando entre
mis ropas algo más que la formula exacta que la compone,
Es entonces
cuando me dejo ir enredada en mundos ficticios que se deshacen en la aurora, y
el frio que congela la carne, y la valentía sutil. No hago más que inventarme y
reinventarme prefiriendo morir en el intento a morir sin intentarlo, reflejando
ante un espejo las alas que no poseo, acomodando este mundo en que no calzo,
contando algo más que 60 segundos de un minuto.
desnudándome y a la vez vistiéndome de piel
humana para seguir aquí, escribiendo esta historia llena de pausas añorando que
el punto final me deje mucho más que la reminiscencia
de esta comedia de tristeza subliminal.